Me perdono a mi misma por haber permitido y aceptado creer, que buscar métodos como la meditación pensando que mi cuerpo se sanaría; sin darme cuenta que no estaba investigando dentro de mí, la causa, la raíz de mis afecciones físicas, solo actuaba como un robot que tenía que reparar.
Me perdono a mi misma por haber permitido y aceptado, dejarme poseer por la ira, el odio, el rencor, la venganza , los celos, la envidia, la intolerancia hacia otros seres que son vida como yo, sin darme cuenta que al permitir que estas mis creaciones me poseyeran, me estaba separando de lo que soy como vida.
Me comprometo conmigo misma a seguir reuniendo todas las partes de mí ser, de las que me he separado para renacer desde este mi cuerpo y así unirme a la vida.
Tengo la certeza de que el trabajo que estoy realizando conscientemente, está dando su fruto; ya que estoy consciente de que necesito vivir en un presente continuo, sin dejar de analizar ninguna experiencia que la mente me muestre, cuando me la muestre, este donde este; ya sea en el baño, el comedor, el comedor, la cocina, etc. Estoy más consciente de que debo escribir cada recuerdo y experiencia y perdonarme y perdonarla en cada respiro de inmediato.
El respiro me sostiene a mi misma aquí y me permite ver dentro de mí; para cuando exhale, dejar ir todo lo que me ha agobiado y lo que ha hecho de mi vida, un desastre.
El perdón a uno mismo, no puede ser hecho por nadie más que por mí, nadie puede hacerlo por mí, nadie puede, nadie puede tomar responsabilidad por mí ya que soy la única responsable de mis actos.
Me perdono a mi misma por haberme permitido y aceptado creer, que soy las personalidades con las que me he definido a mí misma. Las personalidades, son las que necesitamos dejar ir, para dejar de apoyarnos en ellas…y liberarnos.
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